El naife o cuchillo canario está compuesto por tres partes bien diferenciadas:
Una gran HOJA, de final puntiagudo pero con forma redondeada y ancha en el extremo opuesto, que se prolonga en una pieza llamada ESPIGA, que es donde se incrusta el mango de sección redonda, al que se llama CABO.
En los cuchillo elaborados para el trabajo en el campo (son cada vez menos) se emplean hojas de acero templado, mientras que en los puramente decorativos se emplean hojas de plata o alpaca.
Los materiales que se utilizan para los mangos son el cuerno de carnero, cabra y vaca, el ébano, el marfil y metales como la plata, el acero o la alpaca. El material elegido se prepara en anillas circulares con distinto diámetro que posteriormente son unidas para darle al mango su característica forma redonda. En esas anillas se realizan unas incisiones e incrustaciones puramente decorativas que forman las figuras vegetales, ajedrezadas o geométricas elegidas por el artesano.
La elaboración del naife se divide en dos partes, por un lado, la fabricación de la hoja, y por otro, la elaboración del mango. Con la excepción de algunos maestros cuchilleros que fabrican el cuchillo completo en su taller, lo general es que la hoja la fabriquen los herreros mientras que los cuchilleros se dedican exclusivamente al cabo.
El proceso de elaboración y ornamentación del cabo es muy complejo, ya que hay que preparar piezas circulares de distinto diámetro para darle su característica forma circular, montar las arandelas de metal que las unen y realizar las curiosas incrustaciones que hacen único cada cuchillo canario artesano.